miércoles, 22 de agosto de 2007

Katharine Hepburn

Creció en el seno de una familia acomodada y tolerante. Con sólo diez años la pequeña se acostumbró a presenciar campañas y mítines a favor del voto femenino. Este ambiente aceleró el desarrollo de la fuerte personalidad de Katharine Hepburn.
Pero a esta familia idílica le esperaba una tragedia. Cuando Kate tenía catorce años se encontró el cadáver ahorcado de su hermano mayor. Suicidio o no (ella siempre se aferró a la tesis de un accidente), su muerte la marcó profundamente.
En sus primeros años de universidad se zambulló en el arte dramático y debutó en Baltimore con la obra “La zarina”. Pero su futuro estaba en la gran pantalla. Pronto el cine sonoro empezó a hacer furor y las grandes compañías de Hollywood salieron a la caza de nuevos perfiles con talento. El de Hepburn impactó por su bellza, definida como “angulosa” o “poco convencional” (para mi toda una diva), su aspecto andrógino (fue de las primeras en usar pantalones) y su carácter arrogante, inconformista y rebelde. Con su primera película “Doble sacrificio” (1932), se ganó los elogios de la crítica y se convirtió en un icono.
La Hepburn tuvo que luchar para afianzarse entre las primeras actrices norteamericanas. Algunas de sus películas más famosas, como “La fiera de mi niña”, tuvieron malas críticas en su día, aunque hoy se hayan convertido en clásicos. Es una publicación, su nombre llegó a aparecer en un listado de actrices que eran “veneno para la taquilla”. La peor consecuencia para Katharine fue ser rechazada como Escarlata O´Hara a favor de Vivien Leigh en “Lo que el viento se llevó”
En 1938, cansada de un Hollywood hostil, se instaló en su residencia de verano de Fenwick en Connecticut. Pero ese mismo año un huracán devastó su casa.
Sería con Historias de Filadelfia con la película que arrasaría. Sin darse cuenta consolidaba un prototipo de mujer independiente y moderna, copiado por muchas jóvenes de su época.
Mientras tanto tejía relaciones complicadas en el amor. A los 20 años se había casado con Ludlow Orden, un empresario de Filadelfia. Se divorció al cabo de seis años. Decidió no volver a contraer matrimonio, porque como ella decía: no estaba hecha para ligarse a nada ni nadie. Su libertad estaba por encima de todo, aunque a menudo se unió a hombres torturados, obsesivos o alcohólicos. Se lí con su agente, Lelan Hayward; se dejó seducir por el multimillonario Howard Hughes; y mantuvo un turbulento idilio con John Ford, que la dirigió en “María Estuardo”. Pero el amor de su vida fue Spencer Tracy, que ya estaba casado cuando se conocieron. Disimularon ante la prensa durante más de veinte años y no llegaron a vivir juntos hasta que Tracy estaba ya muy enfermo. Pero compartieron cartel en nueve ocasiones y su romance es legendario
Kate tenía 60 años cuando Tracy murió. Fue un duró golpe para ella, pero no perdió el equilibrio en su carrera profesional. Siguió cosechando éxitos con otros mitos del cine clásico como John Wayne o Henry Fonda. Enferma de parkinson y cáncer de piel, vivió completamente retirada hasta su adiós definido con 96 años, El día de su muerte, el 23 de junio de 2003, las luces de los teatros de Broadway se apagaron durante una hora en su honor

1 comentario:

7Ventura dijo...

Y Audrey Hepburne, que te parece?:

http://7potosi.blogspot.com/2007/08/audrey.html