domingo, 19 de agosto de 2007

El experimento Milgram

Un joven psicólogo pone un anuncio en el periódico. Solicita voluntarios para un experimento y ofrece cuatro dólares a quien se preste a participar. Es un anuncio engañoso. Se dice que es un expermiento para evaluar la memoria, pero lo que realmente se quiere poner a prueba es la obediencia o resistencia a la autoridad de los participantes.
A cada volunatiro se le empareja con otra persona y se les asigna un rol al azar. Uno será el profesor y otro el aprendiz. A continuación, se les pone en habitaciones separadas.
El procedimiento es simple: el profesor formula una pregunta al aprendiz y debe castigar cada respuesta errónea con una descarga eléctrica. El sistema de descargas funciona mediante un generador que transmite la electricidad a través de unos electrodos conectados al braz del aprendiz. A cada respuesta equivocada deberá aumentar la potencia de descarga.
Para demostrarle que el mecanismo funciona, el investigador aplica al profesor la descarga de mínima potencia, así comprueba en su propia carne el castigo que aplicará el aprendiz.
El investigador, con su bata blanca, es quien da las instrucciones: se convierte en la autoridad de referencia para los participantes. Las primeras descargas n representan ningún problema: el profesor pulsa el interruptor sin vacilar... Pero con los primeror gritos su tarea se vuelve más dura. Algunos "profesore" dudan: saben que están infligiendo dolor... Las voces de los aprendices pidiendo que los saquen de allí cada vez son más fuertes. La situación se vuelve muy tensa.
Cuando alguno de los profesores manifiesta su intención de abandonar, el investigadro insiste, pero ni siquiera alza la voz: "El experimiento requiere que continúes" O, simplmente: "Venga continúa". Estas simples frases son suficientes para que el 65 por ciento de los participantes lleve el experimento hasta el final.
Sólo unos pocos deciden que no quieren seguir adelante. A pesar del progresivo aumentod de los gritos de los aprendices, dos de cada tres voluntarios aplican la descarga de máxima potencia... sabiendo que existe un grave peligro para el que la recibe.
Sin embargo, no todo es lo que parece... El "profesor" voluntario no sabe que el "aprendiz" al que teóricamente ha estado maltratando es sólo un actor. Su gritos y súplicas son puta comedia.
La repartición de roles ha sido amañada para que todos los voluntarios ejerzan de profesores y todos los actores de aprendices. Es una estrategia para que los voluntarios piensen que a los que se está poniendo a prueba son sus compañeros.
Este experimento se llevó a cabo en la Universidad de Yale a principios de la década de 1960. A pesar del truco, los resultados fueron muy reveladores. Muchos expertos consideran que este experimento ofrece una explicación a la obedicencia ciega de la mayoría de alemanes durante el nazismo. Sometidos a una autoridad, las personas normales y corrientes pueden llegar a actuar con una crueldad extrema.
El secreto para entregarse a la crueldad es desprenderse de la responsabilidad: libres del sentido de culpa, aparece el lado más oscuro de la naturaleza humana.
¿Hasta dónde puede llegar el ser humano en la obediencia y hasta dónde pueden anularse la voluntad y los valores aprendidos?

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